Esta historia de amor empezó en el instituto, Ana era mi compañera de clase desde hacía un año y me gustaba desde el primer día que coincidimos, era guapa, muy lista y tenía algo muy especial. Claro que yo no tenía mucho de todo eso y ella parecía no fijarse en mí, alguna vez hablábamos pero tampoco mucho, cosas simples de clase.
Un fin de semana tuvimos una cena de clase y una amiga suya me contó que yo le gustaba pero que no se atrevía a decirme nada. ¿Que yo le gustaba a ella? No podía alucinar más, le dije que yo estaba loco por ella hacía tiempo y su amiga se puso contentísima. Esa noche bailamos y lo pasamos muy bien juntos, y empezamos a quedar. Todo fue bastante despacio (esto pasó hace muchos años, éramos muy jóvenes y nunca habíamos estado con otras personas, éramos tímidos, es diferente a ahora…).
Total que poco a poco nos hicimos novios, empezamos a salir y todo era muy bonito. Primeras experiencias en todo, de convivencia, sexuales, de pareja, todo lo que hacíamos era nuevo para nosotros y compartirlo juntos lo hizo más especial.
A los dos años o así de estar juntos cometí el gran error de serle infiel. Fue una estupidez como suele pasar, una noche salí con mis amigos y metí la pata hasta el fondo. Al día siguiente hablé con ella y se lo conté, me sentía fatal, lloramos mucho y ella se enfadó mucho conmigo, más bien creo que la decepcioné, más que enfadada estaba decepcionada. Estuvimos un tiempo separados, ella quería pensarlo todo bien, yo estuve todo ese tiempo demostrándole que había sido un error y que estaba loco por ella, y pasados unos meses muy malos decidió volver conmigo y continuamos juntos.
Todo fue durante unos cuantos años más, nos fuimos a vivir juntos y todo seguía bien, aquello pasó y quedó perdonado (creo que nunca lo ha olvidado pero sí que me perdonó y nunca volvimos a hablar del tema, empezamos de cero).
Cuando ya llevábamos unos 10 años juntos le pedí que se casara conmigo. Ella no reaccionó como esperaba, se quedó un poco parada, pensaba que le iba a hacer ilusión, que me diría que sí, y la verdad es que me quedé muy chafado porque me decía que no era el momento, que no teníamos dinero para montar una boda, en fin, me parecían excusas y malas.
Así que dejé el tema aparte pero no me lo sacaba de la cabeza, le preguntaba que qué le pasaba, si es que tenía dudas de lo nuestro, si no quería seguir, no entendía que no quisiera casarse conmigo. Ella decía que no pasaba nada, que no eran excusas, que de momento no lo veía viable y cosas así, pero fue un palo bastante gordo para mí…
Pero yo estaba seguro en ese momento de que quería estar con ella a pesar de todo y así seguí, dejando a un lado lo de la boda y disfrutando de nuestra relación, aunque ese tema nos causó alguna discusión que otra.
Han pasado varios años, hemos tenido una niña maravillosa y este verano nos casamos. Al final el tiempo ha puesto todo en su sitio y donde debía estar: juntos.
Te quiero, Ana, toda una vida contigo, y todas las vidas que tuviera las pasaría a tu lado…
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