viernes, 30 de agosto de 2013

ULTIMO PASO



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domingo, 4 de agosto de 2013

La chica de mis sueños. Cuento sobre las vivencias de los jóvenes en la universidad.

El verano, ya casi ha acabado y los exámenes me han sorprendido, me pregunto ¿podré aprobar Estadística?…A este paso creo que no, cuando veo números me pongo a llorar.

Éste ha sido mi primer ciclo en la Universidad Privada de Tacna, en este tiempo, he trasnochado, me he quejado hasta más no poder, casi he llorado (como extraño los recreos del colegio). He leído mucho, sé cosas que antes ni me imaginé saber, y también me quedé dormido en la clase de Ecología (que vergüenza ¡Tierra trágame!). En fin, estoy agotado, pero… pero… también la he conocido a ella, sí me he enamorado también.
El año pasa y entre tarea y tarea he tenido tiempo para ella, se llama Nataly, es mi compañera de salón y es la mejor de la clase, cuando la veo mi corazón deja de latir. ¡Qué bonita que es!
Sé que ella parece solo un sueño, pero en verdad yo solo quiero estar a su lado con verla desde lejos me conformo, se que parece mal peor con solo verla desde lejos, escuchar y sentir su risa me conformo, quiero que ella sea feliz y si yo fuera el responsable de su felicidad sería muy feliz.
Los sueños dejan de ser sueños,
cuando se vuelven realidad.
Ella y yo coincidimos en los pasillos de la Universidad, me saludó y yo no hice nada, solo seguí caminando (tierra trágame, soy tonto, con T mayúscula).
Estudiaré mucho, seré el primero en la clase, y trataré de llamar su atención siempre. (Mi mente sí que soñaba mucho).
Los días han pasado y no veo cambios; ella me mira como lo deseaba, pero me ve como rival; soy un tonto, me he convertido en su rival, jamás pensé que fuera tan competitiva; mujeres ¿Quién las entiende?
En fin, así pasan los días, el ciclo ya va a acabar y no hemos hablado ni una sola vez. Hoy llegaré muy temprano y le diré lo que siento por ella, ¿pero cómo?
Ya se, le escribiré una carta y la dejaré debajo de su carpeta, siempre se sienta adelante.
Llegué temprano a clases, me he pasado escribiendo toda la noche la carta de amor para ella, y me quedó bien. Ahora sólo debo esperar…ya llegó, la está leyendo, listo, ya lo sabe. Al fin se lo he dicho.
Mira extrañada alrededor del salón, parece que le ha gustado pero, pero no me mira aún.
Algo hice mal, rimaba, hablaba bien de ella…uhm, bueno, quizás no le gustó.
Y ¿le escribiste el remitente? – dijo Lina – (ella es mi amiga, la respuesta a una pregunta) sí, el nombre…¡Noooooo!, por la prisa olvidé poner mi nombre.
Derrotado otra vez.
(La carta)
Ángel,
mi precioso ángel.
Mi brillante y destellante ángel,
yo, yo amo a este ángel,
si pudiera, romper las alas del ángel y forzarla a quedarse conmigo…
Supongo que sólo sería mi ambición.
Vuela alto mi ángel, vuela alto y lejos.
Y cuando te sientas cansada regresa a mí.
Yo, yo te amo…
El ciclo ha acabado; en fin, no le dije a Nataly lo que siento por ella, será para el siguiente ciclo; he vivido muchas cosas aquí; cuando estaba en el colegio pensaba que los que estudiaban eran tontos, si Bill Gates se retiró de la universidad e hizo millones, quizás perdería mi tiempo en la universidad yo también. Y mi tío que es profesor trabaja día y noche junto a su esposa, con un sueldo que no le alcanza para vivir bien, a él y sus cuatro hijos.
Pero he aprendido mucho más que en el colegio, y sólo ha sido el primer ciclo.
Cuando estaba en el colegio rezaba para que el tiempo pase rápido y así toque el timbre de salida, para irme a mi casa. Pero ahora quiero que el tiempo pase lento y tengo miedo de que me gane, ya que parece que tan sólo ayer llegaba a la Universidad por primera vez; qué gracioso, cuando era niño y quería que el tiempo pase rápido, no lo hacía y ahora que quiero que sea más lento ni me escucha, sí que es muy caprichoso el tiempo; debo disfrutar lo más que pueda.
Ahora que soy mayor y con más responsabilidades, me doy cuenta de lo que significa la Universidad, es el principio, el inicio de mi nueva vida.
Mis amigos, al fin aquí tengo verdaderos amigos; ellos están cuando los necesito, a pesar de que les llamo en las madrugadas, sólo porque no tengo sueño.
¡Ja! ¡ja! ja!, hay una canción que ha estado en mi mente estos días. Quisiera dedicársela a ella; donde esté, espero que esté bien y sea muy feliz…
A la chica de mis sueños, date prisa sal de ellos y vuélvete realidad.
¨La vida era como una noche sin luna,
envuelta en las estrellas, la belleza puede ser un susto;
pero ahora tú éstas en mis brazos,
tú eres mi vida ahora, ¿no lo ves?.
Yo cruzaría los océanos, yo nadaría mares para estar a tu lado,
tú cara es como un veneno que me intoxica.
Cómo podemos vivir para siempre, si nuestro amor no puede ser nunca.
En lo profundo de las sombras vuelo en silencio,
y de las garras de la luna atacaré el deseo de saciar mi sed de muerte,
mi sed de vida; de saciar, mi sed de recorrerte,
de saciar mi sed de verte herida,
recorreré tus venas de principio a fin.
Apareceré en tus sueños besándote, y serás mía por la eternidad.
La noche oscura nos dará su paso y la luz sellada. el amor que te he entregado,
con la última gota …de mi corazón¨.
¡Uhm! a veces me pregunto ¿qué más me pasará aquí? no lo sé, pero,
sólo me queda algo que decirles de mi Universidad:
No importa el esfuerzo que le pongas a tu primera clase, te vas a dormir igual.
Vas a cambiar completamente y ni cuenta te vas a dar, hasta que sea muy tarde.
Cada salón tiene una hora diferente, algunas veces te vas a confundir.
No importa lo que te hayas prometido, no ir a las fiestas, vas a ir a una, así sea una noche antes del examen final.
Tu casa se volverá un buen lugar para ir de visita.
Las cosas que no hiciste, no te preocupes, las vas a hacer.
Psicología no significa Matemática y la Matemática no significa Economía, si no entiendes esta diferencia, saldrás jalado, así estudies.
No verás la hora de terminar la Universidad.
Y cuando termines, te vas a dar cuenta que fue la mejor época de toda tu vida y la vas a extrañar.
Fin


viernes, 2 de agosto de 2013

He luchado para nada

He luchado mucho por esta historia de amor pero al final no ha podido ser, por lo que me siento triste y vacía por dentro, totalmente rota de dolor. Pero sé que todo ha terminado y que no puedo hacer nada más, que he dado todo de mí y que he luchado con todas mis fuerzas. Pero se terminó y tengo que aceptarlo.
La primera noche que pasé con P. sentí que era algo especial. Le había conocido hacía bastantes meses, yo tenía pareja, estaba bien, él era amigo de unos amigos y nos encontramos una noche por ahí, me pareció muy guapo, pero sin más, estuvimos todos juntos y creo que ni siquiera hablé nada con él. Al cabo de unos meses volvimos a coincidir y yo estaba soltera, volví a verle guapísimo y me gustó mucho. Esa noche hablamos y bailamos mucho juntos, tanto bailamos que en uno de esos bailes de repente nos besamos y fue mágico.
Estuvimos toda la noche abrazándonos, hablando, acariciándonos, no hicimos el amor, sólo nos sentimos, nos besamos y nos descubrimos, tanto que yo esa misma noche creo que ya me enamoré de él.
Empezamos a salir y todo iba bien. Nuestras familias lo llevaron mal al principio por nuestra diferencia de edad pero pronto vieron que éramos completamente felices y que estábamos bien juntos. Al cabo de un año nos fuimos a vivir juntos y todo era maravilloso, me sentía plena, feliz, él era todo para mí, y me entregué por completo a él, a nuestra vida en común, nada podía estropear eso.
Pero sí se estropeó, después de un año viviendo juntos él empezó a estar raro de repente, un día llegó a casa y no me hablaba casi, no me miraba, yo le preguntaba qué le pasaba y me decía que nada, que nada que nada, fueron unos días llenos de angustia y dolor, yo veía que se alejaba de mí y no podía hacer nada, él no quiso hablar conmigo, ni expresar lo que sentía, ni comunicarse, nada, cambió de la noche a la mañana y dejó de estar a mi lado, hasta que al cabo de unos días me dijo que lo nuestro había terminado y que me marchara de su casa. Así por las buenas y sin explicaciones.
Yo morí un poco ese día, me faltaba el aire, no podía respirar, le preguntaba por qué por qué me hacía eso, le pregunté mil veces que qué pasaba, que me lo dijera, y él nunca me lo dijo, se cerró en banda y me dijo que eran cosas que pasaban que lo nuestro había terminado, sin motivo ni explicación, me dejó en la calle y sola.
Me fui de su casa e intenté hablar con él muchas veces, me colgaba el teléfono, y si me cogía me decía que ya estaba, que no había más que hablar y que lo nuestro había terminado. Yo no entendía nada, no sabía por qué me hacía eso después del amor que habíamos vivido, sobre todo me dolía que no se abriera, que no me diera una explicación.
El tiempo ha pasado y él nunca ha vuelto a mí a darme una explicación ni nada, es como si se le hubiese tragado la tierra, no entiendo cómo puedes querer a alguien un día y al día siguiente hacerle esto, no lo entiendo y no lo entenderé en mi vida. Siento que me ha fallado la persona más importante que había en mi vida y estoy totalmente hundida y decepcionada, me duele no entender, no saber, quiero que me diga lo que le ha pasado, si ha conocido a otra que me lo diga, si ya no me quiere, porque yo le pregunté si ya no me quería y su respuesta es: no, no es eso. Entonces qué es??? Estoy rota de dolor pero sé que no va a volver nunca conmigo.

Una vida juntos

Esta historia de amor empezó en el instituto, Ana era mi compañera de clase desde hacía un año y me gustaba desde el primer día que coincidimos, era guapa, muy lista y tenía algo muy especial. Claro que yo no tenía mucho de todo eso y ella parecía no fijarse en mí, alguna vez hablábamos pero tampoco mucho, cosas simples de clase.
Un fin de semana tuvimos una cena de clase y una amiga suya me contó que yo le gustaba pero que no se atrevía a decirme nada. ¿Que yo le gustaba a ella? No podía alucinar más, le dije que yo estaba loco por ella hacía tiempo y su amiga se puso contentísima. Esa noche bailamos y lo pasamos muy bien juntos, y empezamos a quedar. Todo fue bastante despacio (esto pasó hace muchos años, éramos muy jóvenes y nunca habíamos estado con otras personas, éramos tímidos, es diferente a ahora…).
Total que poco a poco nos hicimos novios, empezamos a salir y todo era muy bonito. Primeras experiencias en todo, de convivencia, sexuales, de pareja, todo lo que hacíamos era nuevo para nosotros y compartirlo juntos lo hizo más especial.
A los dos años o así de estar juntos cometí el gran error de serle infiel. Fue una estupidez como suele pasar, una noche salí con mis amigos y metí la pata hasta el fondo. Al día siguiente hablé con ella y se lo conté, me sentía fatal, lloramos mucho y ella se enfadó mucho conmigo, más bien creo que la decepcioné, más que enfadada estaba decepcionada. Estuvimos un tiempo separados, ella quería pensarlo todo bien, yo estuve todo ese tiempo demostrándole que había sido un error y que estaba loco por ella, y pasados unos meses muy malos decidió volver conmigo y continuamos juntos.
Todo fue durante unos cuantos años más, nos fuimos a vivir juntos y todo seguía bien, aquello pasó y quedó perdonado (creo que nunca lo ha olvidado pero sí que me perdonó y nunca volvimos a hablar del tema, empezamos de cero).
Cuando ya llevábamos unos 10 años juntos le pedí que se casara conmigo. Ella no reaccionó como esperaba, se quedó un poco parada, pensaba que le iba a hacer ilusión, que me diría que sí, y la verdad es que me quedé muy chafado porque me decía que no era el momento, que no teníamos dinero para montar una boda, en fin, me parecían excusas y malas.
Así que dejé el tema aparte pero no me lo sacaba de la cabeza, le preguntaba que qué le pasaba, si es que tenía dudas de lo nuestro, si no quería seguir, no entendía que no quisiera casarse conmigo. Ella decía que no pasaba nada, que no eran excusas, que de momento no lo veía viable y cosas así, pero fue un palo bastante gordo para mí…
Pero yo estaba seguro en ese momento de que quería estar con ella a pesar de todo y así seguí, dejando a un lado lo de la boda y disfrutando de nuestra relación, aunque ese tema nos causó alguna discusión que otra.
Han pasado varios años, hemos tenido una niña maravillosa y este verano nos casamos. Al final el tiempo ha puesto todo en su sitio y donde debía estar: juntos.
Te quiero, Ana, toda una vida contigo, y todas las vidas que tuviera las pasaría a tu lado…


El guía del viaje

La historia que quiero contaros no es que sea especialmente diferente ya que estoy segura de que algo parecido os habrá pasado a muchas de vosotras, simplemente es mi historia y eso ya la convierte en especial.
De esto hace ya muchos años, yo era una cría pero la sigo recordando con cariño y una sonrisa cuando viene a mi mente por eso me he decido a escribirla, no me gustaría que se perdiese en el olvido.
El caso es que yo iba al instituto y era una chica muy enamoradiza. Todavía no había tenido ningún novio aunque sí alguna historia sin ganas ni importancia, y me apetecía enamorarme, por lo que terminaba colgándome de cualquiera que estuviera cerca de mí en algún momento. Pero él era diferente. Lo conocí fuera del instituto, en un viaje al que fui con mis padres (que encima no quería ir pero al final…). Él era el guía del viaje y cuando lo vi nada más llegar al autobús me pareció guapísimo. Nos recibió con una sonrisa a todos y pronto descubrí que además de guapo era encantador.
Pensar que iba a tenerlo cerca durante una semana me ponía nerviosa. Era insegura y todo lo que tuviera que ver con chicos me resultaba complicado de gestionar. Pero repito que él era diferente. Cruzamos varias miradas que yo creí inevitables porque yo no dejaba de mirarle, pero pronto descubrí que él también lo hacía. Era mayor que yo y por mi cabeza no pasaba en ningún momento el pensamiento de que lo hacía porque le gustara, sino porque quizá se estaba empezando a molestar si lo miraba todo el rato…
Total que ya el primer día hablamos un par de cosas durante una de las paradas, era un chico divertido, me sacaba unos 9 años y me imponía más que cualquier otro que hubiera conocido antes, pero también me gustaba más que cualquier otro de esos. Fuimos hablando cada día un poco más, ratos más largos, notaba que él me buscaba en cuanto tenía un momento libre, y yo intentaba escaparme de mis aburridos padres y sus aburridos amigos, no sabía qué pasaba, pero fue la primera vez que sentí que un chico mostraba algo de interés por mí. A pesar de mis recelos…
Después de toda la semana hablando, haciendo por vernos, de notar que cada día queríamos estar más rato juntos, la última noche del viaje me buscó después de cenar. Mis padres me dejaron irme un rato a pesar de su sobreprotección porque tenían especial confianza en ese chico después de toda la semana con él, les dijo que íbamos a tomar algo por ser el último día y sorprendentemente me dejaron ir con él.
Paseamos durante un rato y después nos sentamos en un murete que había entre el paseo y el comienzo de la playa. Por dentro me pasaban mil sensaciones, nervios, felicidad, no sé, fue un momento muy mágico. No parábamos de hablar, reír, todo era perfecto y me hubiera gustado que nunca hubiese terminado ese momento. De repente se acercó a mí me dio un beso, el beso más bonito que me han dado nunca. Nos besamos durante largo rato, después, me miró a los ojos y sonrió. Creo que nunca me había sentido tan feliz.
Volvimos hacia el hotel cogidos de la mano, sin dejar de reír ni de disfrutar. Cuando llegamos, me dejó en la habitación de mis padres y se fue a la suya. Nos despedimos con otro beso increíble, y nos separamos. Al día siguiente en el autobús, volviendo hacia nuestro destino de origen, nos mirábamos furtivamente, como aquel primer día, pero de otra manera. Ahora con los años sé que pasó exactamente lo que tenía que pasar, que fue tan mágico porque sucedió simplemente así, dos besos, que él me vio como a una niña, indefensa e inexperta, pero también sé que me miraba con cariño y que, de alguna manera, yo también fui especial para él. O eso quiero pensar…


La distancia

Me gustaría contaros una historia que comenzó hace unos 8 años, cómo pasa el tiempo… Yo tenía 23 cuando conocí a aquel chico a través de unos amigos comunes en un fin de semana que cenamos y salimos por ahí. El chico en cuestión no era de mi ciudad, estaba de visita, y ese finde nos conocimos y nos gustamos. Él se marchó y empezamos a hablar, entonces no había whatsapp ni tantas facilidades como ahora, simplemente nos llamábamos por teléfono y charlábamos… Me empezó a gustar pero era un rollo que no estuviésemos en la misma ciudad, porque tenía ganas de verle. Y cada día que pasaba más y más…
Las conversaciones al principio eran bastante normales, no hablábamos de amor ni de nada parecido… pero poco a poco se hacían más cariñosas, se notaba que teníamos ganas de vernos y que el teléfono nos sabía a poco. Así que decidimos que teníamos que quedar y encontrarnos, que no podíamos seguir así, que necesitábamos vernos, tocarnos.
Estuvimos hablando por teléfono como un mes y pico desde esa primera vez que nos vimos. Quedamos en una ciudad intermedia para los dos y ahí nos encontramos. Al principio os podéis imaginar que estábamos bastante nerviosos. En realidad vernos nos habíamos visto poco aunque ya nos conocíamos bastante de tanto hablar. Pero fue bonito. Nos vimos, nos dimos un abrazo y supimos que sí, que todo estaba bien. Porque a veces en la distancia tiendes a idealizar, y más en esta situación en la que no nos habíamos visto más que un rato hace más de un mes… Recuerdas a la otra persona pero te inventas un poco el recuerdo que quieres tener. Pero bueno, fue bien, fue todo muy bien!
Pasamos el finde en aquella ciudad y ya nos costó separarnos. Nos lo habíamos pasado genial y costaba pensar que ahora teníamos que tirar uno para cada lado, volver al teléfono… siempre en persona es todo mejor. Pero era lo que tocaba.
Volvimos a nuestros lugares respectivos y comenzamos una relación. Nos veíamos todos los fines de semana que podíamos, que no eran todos ni mucho menos, por suerte él tenía amigos en mi ciudad y podía escaparse mejor y nos quedábamos en casa de alguno, porque tampoco teníamos dinero para irnos cada fin de semana por ahí. Estuvimos un año así, viéndonos de esta forma, pasando las vacaciones juntos y todo el tiempo que podíamos, siempre que teníamos días libres, en fin, lo fuimos llevando, pero costaba mucho, cada vez más, una relación a distancia es complicada, hay malos entendidos, es importante ver los gestos cuando estás hablando con la otra persona, interpretar sus miradas, por teléfono a veces era complicado, o estás cansado y no tienes ganas de hablar… La verdad es que la cosa se enfriaba, sabíamos que estábamos bien juntos y que queríamos estar juntos, pero también nos dábamos cuenta de que así no podíamos seguir. Había que tomar una decisión y cuando estábamos juntos estábamos genial pero al separarnos no estábamos bien.
Fueron días muy difíciles, lloramos mucho… Y decidimos tirar para adelante. Él dejó su ciudad y se vino a la mía, buscó un trabajo y lo consiguió relativamente pronto. Nos fuimos a vivir juntos y comenzamos esa vida que tanto habíamos deseado tener. Sin teléfono, por fin!!!!! No os podéis imaginar el gustazo que era no pensar en las llamadas, saber que si tenía un mal día él iba a estar en casa, que podía venirme a recoger a mi trabajo, que podíamos salir una tarde a tomar algo, no sé!! Una vida normal… sin viajar el fin de semana, sin maletas ni tonterías.
No fue tan fácil como os lo cuento, lo he resumido, pero es verdad que hubo momentos complicados, él había dejado toda su vida en su ciudad y a veces le costaba, pero sabíamos que queríamos estar juntos y eso no daba mucha fuerza para seguir y estar animados.
Cuando podíamos íbamos a visitar a su familia y a sus amigos, y lo fuimos llevando bien. Hubo baches como en todas las relaciones, pero es que ya llevamos ocho años juntos y no ha sido fácil… Porque sí, seguimos juntos, nos casamos este año, y tomamos la mejor decisión que pudimos tomar. Una relación en la distancia no es real, lo real es verse, tocarse y sentirse.

Buscando mi felicidad

Le conocí a través de unos amigos comunes pero él vivía en otra ciudad diferente a la mía y la primera vez que coincidimos fue cuando fui a pasar un fin de semana con estos amigos a su ciudad y quedamos con él. Cuando lo vi me encantó pero yo tenía novio así que tampoco quise fijarme mucho más, lo que pasa que todo el finde todos juntos fue inevitable hablar, reírnos y pasarlo bien.
Me volví a casa rayada porque notaba que había habido una conexión demasiado fuerte para mi gusto, yo estaba bien con mi novio y no quería complicaciones, pero el tiempo pasaba y yo no me lo quitaba de la cabeza, seguíamos manteniendo el contacto por mensajes y mails y cada vez era todo más intenso, yo le escribía desde el trabajo para no liarla en casa pero me creaba mucha tensión la situación, porque me estaba emocionando mucho con él, me encantaba hablar con él, cuando me escribía me hacía mucha ilusión, luego estaba con mi novio y se me olvidaba todo, era super raro, estaba muy confundida pero tenía ganas de verle.
Estuvimos bastante tiempo hablando pero yo necesitaba verle para aclararme, así que quedamos en vernos un fin de semana en un sitio “neutral” y aclararnos. Él me decía tener claro lo que sentía, se había enamorado de mí y quería luchar, decía que quería estar conmigo, que dejara a mi novio y todas esas cosas, yo le decía que no podía ser, que estaba enamorada de mi novio, supongo que me engañaba, porque si estás enamorada no te puedes fijar así en nadie, ni tener ganas de ver a nadie.
Pero nos vimos, ahora con el paso del tiempo sé que fue una decisión acertada, en ese momento estaba muerta de miedo porque no sabía lo que iba a pasar. ¿Nos íbamos a poder aguantar sin besarnos? ¿Lo vería y me daría cuenta de la chorrada que era todo eso y me iría a casa a seguir mi vida? Sólo sé que tenía que comprobarlo.
Nos encontramos y fue algo maravilloso. Pasamos un fin de semana como si fuera un sueño. Hacía años que no sentía lo que sentí estando con él. Por mucho que me intentara engañar de que estaba bien con mi novio, cuando me encontré con él descubrí que no era cierto, que podía estar muchísimo mejor y como mejor estaba, como más yo me sentía era con él. Sé que lo hicimos mal, todo al revés, pero pasó como pasó. No pudimos evitar besarnos, tocarnos y sentir que nos habíamos enamorado completamente. Nunca me había sentido tan perfecta. A pesar de que en algunos momentos me agobiaba por lo que estaba haciendo, por las mentiras y las malas maneras de hacerlo, cuando él me miraba se me olvidaba todo lo malo y sólo podía pensar en estar con él.
El domingo volví a mi casa y hablé con mi novio. Seguí haciéndolo mal pero no fui capaz de decirle la verdad, me parecía un dolor extra bastante innecesario, le dije que había estado pensando durante todo el finde y que me había dado cuenta de que no funcionaba, no le di demasiadas explicaciones, algo que él no entendió mucho, pero para qué decirle que encima le había sido infiel si ya tenía claro que lo iba a dejar, me parecía que iba a sufrir más sabiéndolo. No sé si hice bien o mal pero me pareció lo más adecuado en ese momento.
Mi relación terminó y fue bastante duro, pero fue un proceso que tuvimos que pasar y no quedaba más remedio que afrontarlo. Sé que fui egoísta y no me porté bien. Lo siento por quien era mi novio en ese momento. Sólo pensé en mí.
Una vez arreglé todo con mi ex (temas de piso y tal) empecé una relación maravillosa con aquel chico del que me había enamorado totalmente. Al principio nos veíamos los fines de semana en su ciudad, en la mía, finalmente, él vino a vivir a mi ciudad, nos compramos un piso y llevamos varios años muy felices juntos. Nuestro próximo proyecto es ser padres y sé que lo haremos bien porque juntos lo hacemos todo bien.
Ahora soy feliz de verdad y aunque no hice lo correcto en su día pienso que todo pasa por alguna razón que si tenía que pasar así, así pasó. No me siento bien al recordarlo porque sé que hice daño a una persona que no tenía culpa de nada y por eso pido siempre perdón. Pero no me arrepiento de haber buscado mi felicidad.